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Solo una de cada cinco adolescentes quiere dedicarse a profesiones técnicas

La brecha de género en los sectores de la ciencia, la tecnología, la ingeniería y las matemáticas (STEM) existe desde hace años en todo el mundo. Las cifras hablan por sí mismas y solo un 28 por ciento de las personas que se dedican profesionalmente a la ciencia en el mundo son mujeres, según la UNESCO. Los prejuicios y estereotipos de género continúan manteniendo a niñas y mujeres alejadas de la carrera científica.

La ciencia y la igualdad de género son vitales para alcanzar los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), incluidos en la Agenda 2030 de Naciones Unidas (ONU). Por ello, con el fin de reducir las desigualdades y para lograr el empoderamiento de las mujeres y las niñas, la Asamblea General de las Naciones Unidas decide proclamar el 11 de febrero como el Día Internacional de la Mujer y la Niña en la Ciencia, hace ya cuatro años.

Aunque el número de mujeres con estudios universitarios ha crecido superando en más del 50 por ciento el número de hombres, la desigualdad en la enseñanza de las STEM es sorprendente. Solo el 35 por ciento de estudiantes que se matriculan en carreras vinculadas con las áreas técnicas son mujeres.

Una de las principales razones por las cuales niñas y adolescentes no se sienten atraídas por las carreras STEM son los estereotipos que se interiorizan en la niñez. Tal y como refleja la revista Journal Science, “Se socializa a las niñas para que se consideren diferentes del científico promedio en la mayoría de estas dimensiones, lo que les lleva a favorecer los campos poblados por personas con las que se identifican más fácilmente y que tienen objetivos más altruistas”.

El principal motivo es la falta de referentes femeninos en el campo de la ciencia. La escasa visibilidad de la mujer en áreas científicas provoca poco interés por parte de las jóvenes. De hecho solo un 7 por ciento de chicas se ve como científica en el futuro, según datos del informe PISA.

Las dificultades que se encuentran en el ascenso en la carrera investigadora quienes se dedican a la ciencia dan lugar al llamado “techo de cristal” de este sector, cuyo índice compara la proporción de mujeres en la posición más alta en relación a la más baja, como personal investigador básico.

El principal motivo de abandono en los proyectos de investigación es la maternidad. “El mundo es ahora un poco más indulgente con más apoyo para el permiso de maternidad, con más opciones de cuidado infantil que cuando me estaba formando, pero sigue siendo un desafío tremendo mantener la vida en equilibrio” manifiesta Wendy Stock, profesora de medicina de la Universidad de Chicago. Y aunque el Gobierno ya está trabajando en ello, con la aprobación del nuevo Decreto-ley que introduce medidas en el ámbito de la ciencia, aún queda mucho camino por recorrer.

“Quería desarrollar mi carrera profesional y tener dos hijos fue un choque de realidad”

María de la Fuente es licenciada en Farmacia y madre de dos niños. Y como muchas otras científicas ha sido penalizada por el hecho de ser madre. Según nos cuenta, nunca antes se había sentido discriminada durante su carrera profesional “fue un choque brutal cuando tuve dos hijos”.

Actualmente, es directora de la unidad de Nano-Oncología en el Instituto de Investigación Sanitaria de Santiago de Compostela y experta en la investigación del cáncer. Ella misma se presentó a una evaluación obligatoria para continuar con su puesto de trabajo y subir de categoría. En pleno proceso de investigación fue madre y estuvo 13 meses de baja por maternidad. Debido a esto, no pudo subir de categoría profesional ya que el número de méritos profesionales era menor que el de sus compañeros varones.

La primera vez que se quedó embarazada le preguntaron si estaba segura y, en el segundo embarazo que si había pensado bien tener hijos porque esto suponía renunciar a su carrera como científica. “Quería conciliar y jamás pensé que me pudiera pasar esto”, dice, y asegura que en ningún momento tuvo la intención de abandonar su carrera por ser madre.

La maternidad es la principal razón de abandono de la carrera investigadora. Pero hay otros factores como los micromachismos o la invisibilización de las mujeres en el trabajo a tener en cuenta para evaluar el “techo de cristal” que estas sufren. Por ello, más mujeres han denunciado esta situación y se han unido para paliarla gracias a la petición de `Change.org´ creada por María de la Fuente, que han firmado más de 300.000 personas.

Siempre se ha pensado que es el hombre el que lleva las riendas en los proyectos de investigación, “si hay un hombre en el grupo, la gente ajena al mismo tiende a dirigirse a ellos al pensar que es el líder”, situación por la que ha tenido que pasar la experta muchas veces. Además, manifiesta que, en los medios de comunicación, si se habla de un proyecto conjunto de hombres y mujeres dirigido por una mujer, se da más visibilidad al hombre. “El dominio del hombre esta todavía muy integrado y enraizado, consecuencia de un problema estructural que debemos cambiar”, añade la científica.

Algunos organismos como el Centro Nacional de Investigaciones Oncológicas (CNIO), ya ha tomado cartas en el asunto. Flexibilizar horarios es una de las medidas que están llevando a cabo estos centros para compatibilizar los proyectos con la maternidad. “Fijar reuniones por la tarde es difícil para conciliar la vida familiar, si se hace tiene que ser de forma consensuada”.

El centro de Investigaciones Energéticas, Medioambientales y Tecnológicas (CIEMAT) es un organismo investigador dependiente del Gobierno. El mismo ha elaborado un plan de igualdad para reducir la brecha de género que se produce en ciencia. “En todos los centros de investigación debería haber un plan de igualdad y un estudio de esta donde se manejen las cifras para tomar soluciones”, ya que muchos carecen de ellas, manifiesta.

El Gobierno ha aprobado un Real Decreto-ley de medidas urgentes en el ámbito de la ciencia, la tecnología, la innovación y la universidad dentro del plan de Acción Estratégica de Salud de 2019. En él, se han incluido modificaciones para garantizar la igualdad, teniendo en cuenta aquellos períodos de interrupción de los proyectos que no se contabilizan. La maternidad ha sido una de las enmiendas de este plan.

Sin embargo, reconociendo el avance que esto supone, la experta denuncia que “el gran problema son las competencias de las Comunidades Autónomas”, ya que en Galicia, de donde es y donde trabaja, “no se ha producido ningún avance”. A pesar de esto, piensa que “el mensaje ha llegado y se están empezando a implantar medidas, que es súper importante”.

María de la Fuente ha participado en la iniciativa del 11F, impartiendo charlas al alumnado de infantil y de la ESO. “Me hubiera gustado dar más, pero me es inviable compatibilizarlo con el trabajo”. Además, participa durante todo el año en actividades de divulgación. Sus charlas suelen tratar la situación actual de las científicas, además de visibilizarlas para que el alumnado tenga referentes en este campo. El objetivo de las mismas “es despertar la curiosidad y el interés por las carreras STEM”, afirma.

“Las niñas y adolescentes no son conscientes de la situación y se muestran sorprendidas con la realidad”. “Se sorprenden con las cifras y con el liderazgo de los hombres en este campo”. La educación es muy importante para desechar los estereotipos, “si no se habla de un tema no se visibiliza”. Asimismo, “las charlas no solo están destinadas al alumnado, sino sobre todo al profesorado, para abriles los ojos de la situación” concluye María de la Fuente.

La importancia de las mujeres en STEM

Las mujeres científicas son invisibilizadas por la sociedad. El problema no es solo el techo de cristal, es previo. En los libros las mujeres científicas apenas aparecen. La necesidad de más modelos femeninos en la ciencia para las jóvenes es crucial para romper los estereotipos establecidos.

A esto se le suma que la presencia femenina es desproporcionadamente baja en las nominaciones u obtenciones de premios científicos. Al revisar los Premios Nobel en Química, Física, Fisiología y Medicina, 599 hombres han obtenido alguno de estos reconocimientos frente a las 17 mujeres que lo han logrado.

“No todas somos Marie Curie, y eso está bien” declara Carmen Morera, alumna de la Universidad San Luís de Madrid (SLU). Marie Curie fue la primera mujer en ganar un premio nobel, y cuando se le hace una pregunta a cualquier persona sobre qué científicas conoce solo menciona a esta o a ninguna. Esto refleja realmente la falta de referentes femeninos en este ámbito.

Sin embargo, Donna Strickland ha recibido el premio Nobel de Física, en el año 2018, en pleno siglo XXI. Para la población, esta noticia es desconocida pues los medios de comunicación no se han hecho eco de ella. Como cuenta María de la Fuente “es importante visibilizar a las científicas contemporáneas, no solo a personajes históricos”.

Además de Donna Strickland, existen más mujeres científicas que son “desconocidas” para la gente en general, pero que son referentes en el ámbito de la ciencia a día de hoy. Aquí abajo se proporciona una lista de algunos de estos referentes:

- Barbara McClintock fue científica estadounidense especializada en citogenética que obtuvo el premio Nobel de Medicina en 1983.

- Tracy Chou es ingeniera de software y promueve disminuir la brecha de género en la industria de la tecnología y ha presionado por una mayor demanda de ingenierías de software.

-  Asifa Akhtar es jefa de grupo y directora del proyecto de investigación de regulación de la cromatina.

- Tina Chowdhury es científica y empresaria, también es profesora asociada de medicina regenerativa en la Universidad Queen Mary de Londres.

- Melisa Little es científica, conocida por su trabajo en el desarrollo de los riñones y los mecanismos de la enfermedad y la reparación.

-  Jedidah Isler es astrofísica y educadora. Ha sido la primera mujer afroamericana de la Universidad de Yale en obtener un doctorado en astrofísica.

- Frances Elizabeth Allen es informática estadounidense y pionera en el campo de optimizar compiladores. Allen fue la primera socia de IBM y en 2006 se convirtió en la primera mujer ganadora del Premio Turing (Premio de las Ciencias de la Computación).

- Sophie Wilson, mujer transexual, es científica computacional británica. En 1978 diseñó el Acorn System 1, la primera línea de computadores vendidos por Acorn Computers.

- Laura Mersini Houghton es cosmóloga y física teórica albana, y profesora asociada en la Universidad de Carolina del Norte en Chapel Hill.

- Maja Pantic es de Belgrado (Serbia), profesora de computación afectiva y conductual en el Imperial College de Londres y directora del laboratorio Samsung Al en Cambridge.

Los estereotipos, principal causa de falta de interés en niñas y adolescentes por la ciencia

`Los estereotipos de género sobre la capacidad intelectual surgen de manera temprana e influyen en los intereses de los niños´, es el título de este informe que analiza la evolución de las diferencias de género entre niñas y niños. Según el mismo, a la edad de 6 años, la noción de género de “brillantez=hombre” es un rasgo adquirido, por ambos sexos.

Además, quienes han elaborado el informe argumentan que, más adelante en la vida, este “estereotipo de género” influirá de forma negativa en las carreras profesiones de matemáticas, física o filosofía. La baja confianza en sí mismas, la ansiedad hacia las matemáticas y los estereotipos parecen estar en la raíz del peor rendimiento de las chicas, tal y como plasma la iniciativa del 11F.

La base de este problema se encuentra en la educación, en los libros educativos y el profesorado. Un estudio reciente analizó imágenes de recursos de educación y se encontró que a nivel general, el género femenino apenas aparecía. Las editoriales dedicadas al ámbito escolar ya están formándose en igualdad de género, lo que supone un gran paso.

Las estrategias empleadas por el personal docente pueden influir en la brecha de género. “Es muy importante también educar al profesorado” manifestaba María de la Fuente en su entrevista, a la hora de hablar de la representación femenina en ciencia.

El estereotipo también juega un papel esencial cuando alcanza la edad adulta, ya que se tiene la idea de que hay que trabajar mucho. “Se piensa que un científico come, vive y duerme en un laboratorio y esto no es así” afirma de la Fuente. Además, volviendo al tema de la maternidad, también se piensa que si la prioridad es tener hijas e hijos debes abandonar tu carrera profesional a tiempo. Cambiar esto es parte de la sociedad y hay que incidir en ello para progresar.

Jona Bojdani, alumna de la Universidad San Luís de Madrid concluye que “las estudiantes están en una posición clave, y cada uno de nosotros tiene la responsabilidad vital de inspirar a la próxima generación de niñas”. Por último, la estudiante piensa que “hay que proporcionar estímulos a los jóvenes estudiantes para perseguir sus pasiones y tener éxito”.

Coincidiendo con la opinión de las fuentes consultadas, algunas de las soluciones para evitar la discriminación a la hora de elegir las carreras STEM son: disipar estereotipos, construir la confianza de las niñas y dar las mismas oportunidades a ambos géneros. Así como incidir en la importancia de reducir las desigualdades tanto en el ámbito educativo, como en el trabajo.

Alrededor de 150.000 personas celebran el Día de la Mujer y la Niña en la Ciencia

La iniciativa 11 de febrero promueve la realización de actividades que, visibilizando la labor de las científicas, conmemoren este día, fomenten vocaciones científicas en las niñas y ayuden a cerrar la brecha de género en la ciencia, así se definen en su página web. Desde hace tres años, se vienen celebrando unas jornadas del 1 al 15 de febrero para festejar el Día Internacional de la Mujer y la Niña en la Ciencia.

La tercera edición del proyecto del 11 F, recoge 2.580 actividades en 140 espacios (centros de investigación, universidades, museos, centros culturales, etc.) y 2.119 charlas en colegios e institutos. Cada año, la cifra de personas que participan en estas actividades aumenta, y este año se ha previsto que han llegado a alrededor de 150.000 personas.

Uno de los centros que participa cada año en estas jornadas es el Centro de Investigaciones Energéticas, Medioambientales y Tecnológicas (CIEMAT). Junto con la Unidad de Excelencia María de Maeztu, han organizado por tercer año consecutivo una serie de actividades para acercar al alumnado de ESO y Bachillerato a la labor científica desarrollada por mujeres del CIEMAT.

El Grupo Técnico de Igualdad del CIEMAT tiene como objetivo establecer las acciones necesarias para estrechar la brecha de género y remediar la baja representación de mujeres en los órganos de toma de decisiones y alto nivel. “Trabajamos para entender cómo reducir dicha brecha, identificando obstáculos y sugiriendo medidas para superarlos”, redundan en su página web.

Además, existen diversas asociaciones y grupos que apuestan por la igualdad en ciencia, aquí abajo les dejamos algunos de ellos:

500 Women Scientists
Innovaciones de género
Principia
• Asociación de mujeres investigadoras y tecnólogas (AMIT)
Unidad de Mujeres y Ciencia del CSIC

Por último, algunos de los informes utilizados para la investigación en el campo científico son:

Informe UNESCO
Informes CSIC

Foto: Archivo Ameco Press. Cedidas por iniciativa 11F, `Científicas en cifras´ y Wikimedia Commons.

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Pie de foto: 1) La niña y la ciencia de Isabel Ruiz; 2) Porcentaje de mujeres y hombres en las distintas categorías; 3) Porcentaje de mujeres investigadoras entre 2008 y 2016; 4) Donna Stickland; 5) Ilustración 11 F

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