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Muere Doris Lessing, la narradora de la épica femenina que derivó al feminismo

Durante las últimas décadas de su vida, Lessing vivió en la misma calle del londinense barrio de West Hampstead, cuidando a su hijo inválido Peter y sin abandonar su actividad literaria.

“Nací para escribir, como otras personas nacen para pintar… eso es todo”, dijo en alguna ocasión. “Los escritores cuentan historias. Eso es lo que hacemos”.

Su primera novela, The Grass is Singing (Canta la hierba, 1950) estaba en su maleta cuando se mudó a Londres en 1949. Publicada en 1950, examina la tensión entre los africanos negros oprimidos y los colonialistas blancos.

En sus cinco novelas que componen la serie Hijos de la violencia desarrolló la vida de la protagonista, Martha Quest, en el ámbito racial y social de Sudáfrica, sus esfuerzos para liberarse del círculo familiar, la disolución de su primer matrimonio (Un matrimonio convencional, 1954), su superación personal y su intervención en la política izquierdista de aquel continente, para regresar a Inglaterra en la última novela de la serie, en la que Martha Quest, ya de mediana edad, se ve envuelta en los acontecimientos sociales de su país. Las cinco novelas de este ciclo se titularon Martha Quest (1952), Un matrimonio convencional (1954), Vuelta al hogar (1957), Al final de la tormenta y La costumbre de amar (ambas de 1958).

Aparte de demostrar ser una notable autora de narraciones breves (como en el volumen Cuentos africanos, de 1951), Lessing también incursionó en el terreno de la fantasía como ángulo de observación de la condición humana, un género definido como “space or cosmic fiction”. Conopus en Argos. Archivos (1979-83) es el título de este ciclo concebido bajo las leyes de aquel género y que comprende obras como The Marriages Between Zones Three, Four and Five (1980), The Sirian Experimente (1981), The Making of the Representative for Planet 8 (1982) y The Sentimental Agents in the Volyen Empire (1983). Con este ciclo rompe con el realismo tradicional y describe acontecimientos épicos y míticos de un universo ficticio.

El cuaderno dorado, una de las piezas maestras de la literatura inglesa del siglo XX

Pero probablemente sea El cuaderno dorado (1962) la novela que más fama haya otorgado a Doris Lessing. Es un relato de sus experiencias colonialistas, sus relaciones con otras mujeres, su vida intelectual en los ambientes progresistas y marxistas de Salisbury y Londres, sus dificultades como novelista y su desencanto revolucionario, paralelo a la madurez y a la angustia ante la soledad.

Se trata sin duda de una de las piezas maestras de la literatura inglesa, con su despiadado análisis de las actitudes políticas, de los tópicos y de los ritos de la vida británica tradicional. La trama, de un marcado cariz autobiográfico, gira en torno a tres temas clásicos: la necesidad de tomar un interés activo en temas políticos, la psicología de la mujer madura y el conflicto generacional.

Lessing estructura la obra en torno a una novela corta, Mujeres libres, protagonizada por Anna Wulf, que es a su vez quien redacta los cuatro cuadernos: negro, rojo, amarillo y azul, a través de los cuales va mostrando diversas parcelas de su realidad y que corresponden a diversos avatares biográficos. En la década de los 50, Anna Wulf, divorciada, reside en Londres con su hija Janet y su amiga Molly, asimismo divorciada y madre de un hijo, Tommy. Éste quedará ciego tras una tentativa de suicidio. Anna atraviesa una honda depresión, de la que le ayuda a salir la entrega a tareas sociales.

Los recuerdos de la prolongada residencia de Anna en África, que constituyen el tema de una novela que ha publicado con éxito, están recogidos en otro de los cuadernos, donde narra su acercamiento a los comunistas y su posterior decepción, así como los ecos de la Segunda Guerra Mundial tal como llegan a la remota colonia británica. Otro de los cuadernos, que completa esta visión calidoscópica de la compleja personalidad de Anna Wulf, contiene las reflexiones íntimas de ésta, sus visitas a una psiquiatra y sus fracasos amorosos. La obra ha sido considerada como la Biblia del feminismo y un clásico de la literatura de esa tendencia por su exploración de la identidad de la mujer y por abordar la crisis emocional y artística de la protagonista.

Sin embargo, la propia autora señaló que su propósito no era político, sino literario: “Cuando se es una escritora perteneciente a la tradición inglesa, una debe ser consciente y sentirse agradecida de un patrimonio que significa no tener que luchar como mujer para ser publicada y valorada. En Inglaterra las mujeres se han ganado la vida como escritoras desde hace siglos y, a veces, protestando con energía contra su destino. Mi agradecida conciencia de este patrimonio es la razón por la que suscribo la máxima de Virginia Woolf, según la cual las escritoras serán libres cuando, sentadas a escribir, no piensen si escriben o no como mujeres”

Su trayectoria vital condicionó su literatura

Lessing nació de padres británicos en Persia (actualmente Irán), pero gran parte de su ficción se basa en experiencias adquirías en el sur de Rhodesia (ahora Zimbabwe), donde se vivió cuando era niña.

Empezó a escribir a los 7 años, lo cual describió no como un resultado de la inspiración, sino de su capacidad innata.

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Su madre le inculcó el gusto por la narrativa, por leer historias a las que Lessing daba su propio giro cuando las compartía con su hermano menor. Las historias evolucionaron luego en una poderosa ficción que produjo una obra de 50 libros.

Abandonó la escuela en la capital de Rhodesia, Salisbury, cuando solo tenía 13 años y desarrolló sus habilidades en la escritura leyendo los trabajos de Dickens, Tolstoy, D.H. Lawrence y Dostoevsky. “Me eduqué sola leyendo”, dijo alguna vez.

Dejó su casa a los 15 años para trabajar como enfermera, pero también empezó a escribir historias y más tarde vendió dos de ellas a revistas en Sudáfrica.

El tardío Premio Nobel

Fue reconocida con el premio Nobel de Literatura en 2007, a los 88 años. En la entrega, la Academia sueca se refirió a “la épica de la experiencia feminista” de la escritora, que había “puesto bajo escrutinio a una dividida civilización”.

En su discurso de aceptación del Premio Nobel, Lessing describió la lucha desesperada por el conocimiento de la gente en algunos países desarrollados.

Lessing, rechazó en 1999 el título de Dama del Imperio británico que concede la reina Isabel II. “Ya no hay ningún imperio”, dijo en esa ocasión, aunque luego aceptó otro título menor. Trabajó hasta el final de su vida escribiendo artículos, novelas, relatos y poesía.

Fotos: Archivo AmecoPress.